El contraste de la alfombra blanca que había tejido el hielo de la madrugada con el verde intenso de un encinar más bien justo de montanera, creaba el marco perfecto para una de las tareas más hermosas de cuantas acontecen en el Campo Charro: El Herradero
Días atrás, se habian apartado con esmero las más de 120 eralas procedentes de los cercados del Bardal, Peñastrala y Sierra Negra, todos ellos pertenecientes a la dehesa " Los Molinos" , esa finca que con tanta pasión como esfuerzo , había sido el " sueño cumplido" de mi gran abuelo Patri.
Las tareas de apartado y corraleo, eran destinadas a Doro , Tito , Alberto y Miro, expertos vaqueros con décadas de fidelidad a la casa.
Ellos eran los que con sabios movimientos , iban sujetando con los tornos a las reses, expuestas en perfecto orden y postura para recibir su bautismo de fuego
El marcado propiamente dicho, la tarea más preciada en este particular ritual de campo, queda siempre reservada al señor ganadero. En este caso el maestro de ceremonias era el patriarca de la casa, mi padre Paco Valverde.
Con la discreta elegancia que da el controlar una materia, va descansando el hierro al "rojo vivo" sobre los costillares del ganado con la delicadeza de un maestro artesano. Movimientos firmes pero a la par suaves , en los que la colocación, precisón y brevedad son condimentos esenciales para un óptimo resultado.
Lo importante es que la marca quede bien centrada , y habiendo quemado lo justo el cuero de la erala.
Si queda demasiado superficial , no perdurará en el tiempo , por el contrario si profundiza en exceso, las cicatrices emborronaran el hierro.
El arte de la técnica , como vereis en la primera foto, no se le da tampoco nada mal a mi madre Rosi Valverde, quien es supervisada por la omnipresente mirada del maestro.
Sin restarle importancia, sino todo lo contrario, hay que reconocer que gran parte del éxito del marcado , se alberga también en el saber calentar y darles el temple justo a los hierros.
En eso , debemos rendirnos a todo un crack: Juan Carlos . Él, como nadie , saber leer entre lineas la voz de los metales incandescentes....( aquí le veis intentando transmitir el "arte" a mi madre y a mi cuñada Flavia)...
...Con seguridad te garantiza que el hierro nunca quemará en demasía , ni por el contrario se te quedará frio, y eso amigos es tan complicado como que ni se te pase ni este dura la paella del Domingo.
NOTA: Las fotografias son de mi amigo Luis Falcón ( www.salamanca24horas.com) gran periodista y mejor persona