Habría dado media vida por que mi abuelo hubiera podido estar presente. Era un fanático de la caza del jabalí y un enamorado de organizar ganchos para invitar a sus amigos. Su mayor trofeo era ver a su gente disfrutando de un buen día en el monte.
Aún me emociono cuando recuerdo sus últimas horas de vida. Estaba ingresado en el hospital, y el viernes ya tenía camelados a los médicos. Había llegado a un acuerdo con sus cardiólogos para poder "irse de fin de semana" y poder presenciar la batida que teniamos prevista para el sábado. El pacto era no coger frio, tomar sus pastillas y volver el domingo por la tarde al hospital , para seguir con las pruebas el lunes.
Como la situación estaba controlada, yo el viernes ,me fui a trabajar. No olvidaré jamás la llamada desde el hospital anunciándome su repentino agravamiento. Cuando llegué a la habitación, el primer achuchón ya se había superado, y sus picarillos ojos verdes iban recobrando la luz de la que siempre hacian gala. Al rato ya tenía olvidadas las fatigas y dolores , y me preguntaba " Con esto que me ha pasado, me dejarán salir mañana?". Comenzó a dormir tranquilizado por mis promesas de que así sería, con la putada de que nunca le volví a ver despertar de ese sueño.
Me quedo con la ilusón de pensar que se apagó soñando con su cacería ideal , y rodeado de su familia y amigos en un inolvidable día de monte....
El otro día, querido abuelo, estuvieron todos los de siempre. Tus amigos , tu familia, y como no podía ser de otra manera, tu coto no defraudó a nadie. Se cazaron muchos bichos y casi todo el mundo vió caza y disparó. Fue un día en el que todos te recordaron y en el que estoy seguro que habrías sido el tio más feliz del mundo.
PD: En la foto de familia, te hemos dejado amplio sitio para que te pongas donde quieras con nosotros. Un beso
Una gran jornada de caza. A ti te pasa lo mismo que a mi con mi abuelo Bernardino, lo adoraba. Un saludo
ResponderEliminarBerna
Era un gran tipo. Todo un personaje. Un saludo Berna
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