miércoles, 16 de septiembre de 2009

POR QUÉ NO PERDONAMOS EL CIGARRITO DE DESPUÉS?...


Desengancharse de una droga es un proceso costoso que conlleva, a menudo, un cambio de hábitos radical encaminado a sacar a la persona del ambiente relacionado con el consumo. Las raíces de la dependencia que generan la nicotina o la cocaína son más profundas de lo que se pensaba. Ésta no se limita a una recompensa placentera sino que implica el refuerzo de ciertos recuerdos, como el sitio o las circunstancias habituales de consumo. Fumar sólo cuando otros lo hacen o ser incapaz de perdonar el cigarro de después de comer. Las evidencias científicas y empíricas indican que la información contextual, espacial y del lugar está relacionada con las vivencias relativas a la toma de drogas hasta el punto de que las circunstancias empujan muchas veces a su consumo.
Aunque suene a excusa, no lo es. Esa es la conclusión de un trabajo publicado en la revista 'Neuron', que ha analizado el efecto de la nicotina sobre los procesos de aprendizaje y memorización en ratones . Hasta ahora, sólo se había estudiado en experimentos 'in vitro' o en animales vivos sedados, lo cual no permite ver si su consumo tiene consecuencias sobre la conducta. Pero en esta ocasión los roedores, a los que se les habían implantado electrodos en el cerebro para recoger la actividad de las neuronas del hipocampo, podían deambular libremente por dos compartimentos en los que recibían o una dosis de nicotina o una de solución salina (inocua). «El cambio en la actividad cerebral era alucinante», ha explicado uno de los autores, John Dani, profesor de Neurociencia en el Baylor College of Medicine de Houston (Estados Unidos). «Comparado con las inyecciones salinas, la nicotina fortalecía las conexiones neuronales; a veces hasta un 200%. Este fortalecimiento indica formación de nuevas memorias».
Eso es lo que ocurría en el cerebro, ¿pero qué se veía desde fuera? Los investigadores comprobaron que los roedores pasaban más tiempo en el compartimento en el que recibían la nicotina. La actividad desencadenada por esta sustancia en el hipocampo sólo podía indicar una cosa: habían aprendido a preferir ese espacio. Esto concuerda con la idea de que las memorias asociadas con comportamientos adictivos se transforman en motivaciones internas para seguir con el consumo de esa droga. Como tomar un café o terminar de comer incita a encender un cigarrillo.

SI SOIS FUMADORES, OS RECOMIENTO EL SIGUIENTE POST:
http://salamancadesdelasencinas.blogspot.com/2009/07/fumes-o-no-fumes-deja-de-fumar.html

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