domingo, 6 de septiembre de 2009

URGENCIAS CURIOSAS: EL NIÑO QUE SE TRAGABA IMANES


Un niño de cuatro años le contó a su madre que se había tragado una pieza magnética de un juguete. Al día siguiente, sus padres le vieron tragarse otra pieza magnética idéntica a la anterior. Ambos pensaron que las expulsaría por las heces. A las 72 hora de haberse tragado la segunda pieza, el niño empezó a quejarse de dolor en el lado izquierdo del abdomen, sin presentar otros síntomas ni mostrarse angustiado, y los padres decidieron llevarle al servicio de Urgencias .Allí le exploraron, sin observar alteración alguna de los signos vitales, y le hicieron una radiografía, viéndose una zona opaca claramente situado en el ciego (porción de intestino grueso que se encuentra en su principio, en la unión del intestino delgado con él). Esa zona se correspondía a las dos piezas magnéticas unidas.
El cirujano le examinó, sin objetivar signo alguno de peritonitis que aconsejara una intervención de urgencia y decidió realizarle una segunda radiografía a las cinco horas para comprobar que ambas piezas magnéticas se movían a lo largo del intestino grueso por los movimientos de peristalsis, movimientos en los que ese tubo digestivo se comprime y acorta con el fin de impulsar la materia fecal hacia delante.
Al ver que la radiografía no mostraba ninguna variación y la zona opaca era la misma y en el mismo sitio, le intervinieron para visualizar por laparoscopia la zona y extraer lo que allí hubiera. Se encontraron ambas piezas magnéticas unidas entre sí, pillando un trozo de intestino entre ellas, “pellizcándolo”, de ahí el dolor debido a la compresión y la isquemia ( falta de oxígeno) que sufría esa zona al no poder recibir sangre; ambas piezas quedaron adheridas al extremo del laparoscopio, facilitando su recogida.
Esa parte del intestino fue reparada y suturada, recuperándose el pequeño a las 48 horas de la operación y pudiendo marcharse a casa al tercer día, sin mostrar secuelas ni complicaciones.
No es el primer caso que se da, de ingesta de piezas metálicas o magnéticas de juguetes por parte de niños, con el riesgo que conlleva para el aparato gastrointestinal,desde la isquemia que puede llevar a la necrosis ( muerte del tejido que se da en este caso por no recibir el oxígeno ni los nutrientes que le aporta la sangre), la perforación del intestino, infecciones y otras tantas consecuencias. Por ello, pediatras y cirujanos recomiendan revisar atentamente los juguetes de los más pequeños y evitar aquéllos con piezas que puedan ser tragadas o dar lugar a accidentes. Y no sólo los juguetes pequeños, sino cualquier pieza “incomestible” en general, casos conozco de ingestión de conchas de almejas o coquinas por parte de niños que se han quedado “encalladas” en algún tramo del intestino

2 comentarios:

  1. Lo de los imanes lo entiendo perfectamente, pero lo de las almejas y coquinas no. Se supone que en el estómago se disolverían, ¿no?

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