viernes, 18 de septiembre de 2009

VIBRADORES A MANIVELA


En los últimos meses, con lo de la gripe A, los mensajes apocalípticos se han puesto de moda. Uno de los más impactantes y que, sin duda, se lleva la palma a la hora de propagar mal rollo y paranoia es la pancarta que este verano el Colegio de Médicos de Madrid decidió colgar en el balcón de su fachada: "No beses, no des la mano, di hola".
Ignoro si todavía sigue ahí, si ha sido sustituido por un marcador electrónico anunciando decesos causados por el temible virus o si la recomendación a la asepsia del mensaje ha mutado, y nunca mejor dicho, en un definitivo "Vamos a morir". Yo ya me lo creo todo.
En muchas ocasiones, los peores pronósticos ayudan a tomar conciencia de nuestra fragilidad y, lejos de simplemente paralizar y aterrorizar, consiguen que la mente discurra y se invente nuevas formas de conseguir placer y satisfacción. Adaptación al medio, vamos.
Pensemos por ejemplo en el caso del cambio climático. Yo todavía no tengo claro si dentro de unos años Madrid conseguirá su ansiada playa gracias al deshielo de los casquetes polares, si Noruega será como Jamaica o si los pingüinos conquistarán el Sáhara. Hay versiones para todos los gustos aunque, en cualquier caso, parece que algo muy gordo se está preparando y quizás ya sea demasiado tarde.
A pesar de todo, hay quien no da su brazo a torcer y piensa que cambiando ciertos hábitos de consumo la cuenta atrás planetaria se puede ralentizar o frenar. A las bombillas de bajo consumo, los coches híbridos o la energía eólica se han unido los vibradores a manivela. Y no es coña.
De la verde Irlanda (y esto tampoco es una broma) nos llega el primer vibrador ecológico que funciona sin pilas. Sus creadores lo han bautizado con el nombre de 'Earth Angel' y tiene varias características que lo convierten en el primer vibrador de la historia cien por cien verde. A saber: está elaborado con plástico procedente del reciclaje, no necesita pilas de recambio y se carga manualmente. Rizando el rizo, la empresa fabricante asegura haber firmado un convenio con una empresa de transporte a nivel mundial que cuenta con una flota de 100 camiones eléctricos e híbridos. Vamos, que han pensado en todo.

El primer vibrador que se carga manualmente.
¿Cómo se carga la batería? Pues accionando una manivela escondida en su base. Si se gira durante cuatro minutos, además de conseguir ejercitar los músculos del brazo y la mano, se consigue una carga de media hora de vibraciones. Aquí podéis ver exactamente cómo se hace.
Os advierto que el vídeo es un rollo macabeo y que, concretamente, si queréis ver lo de la manivela está en el minuto 2.35. Todo lo demás es paneo para arriba, paneo para abajo del artilugio, acompañado de una música ciertamente irritante.
El vibrador tiene cuatro intensidades de vibración y cuando lo cargas hace un ruidito muy parecido al de una minipimer, por lo que vuestros vecinos pensarán que estáis haciendo mayonesa o gazpacho. A mí, particularmente, todo el asunto de la manivela me ha recordado los juguetes de cuando era pequeño que funcionaban dándoles cuerda. En el fondo soy un sentimental. Eso sí, este vibrador tiene botón de stop. Vamos, que no hay que esperar a que se agote para irse a dormir. La cuestión es ahorrar energía.

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