sábado, 8 de agosto de 2009

RATONCITO PEREZ Y MI JAULA DE MADERA



Aún recuerdo, y jamás olvidaré , el día en que se me cayó mi primer diente. Entonces, vivía con mis abuelos en mi pueblo : Membribe de la Sierra.
A la hora de la cena, estaba yo dispuesto a deborar una loncha de jamón de matanza.

Era un tirillas, pero tenía un saque de lobo feroz que hacía las delicias de mi abuela Juli.
Mi abuelo Patri, como buen serrano, tenía la costumbre de partir el jamón en filetes bien gordos, nada que ver con las transparentes lonchas que se cortan ahora. Él, montaba el taco sobre una buena pieza de" pan turrado" y de ahí iba desgranando con maestría cuadraditos de ibérico resudosos por el calor del pan.
A mí, que por entonces no me dejaban utilizar la navaja, impaciente y atrevido mordía fuertemente mi bocata y tiraba con ainco. ....hasta que pasó lo que tenía que pasar: mi primer diente de leche rebotó como granizo en albarda......
De las risas, pasé al llanto . Sólo los relatos de mi abuelo de que el Ratoncito Pérez me traería un regalo si dejaba de llorar controlaron tal berrinche.

" Si no lloras y metes el diente debajo de la almohada, el Ratoncito vendrá y te traera lo que le pidas"

Yo , que siempre he sido muy bichero, encontré un filón con esas palabras...... :Quería una jaula de madera para poder criar un pichón. Y eso fue lo que le pedí al Ratoncillo.
Aún recuerdo la ilusión ingenua de aquel niño guardando su diente entre las sabanas, planenado hacerse el dormido para poderle ver llegar.....
Por la mañana, al despertarme , allí tenía mi jaula, una maravilla con enrejado de palitos de madera. Busqué afanoso el diente y ya no estaba.

Durante años creí en aquella noche mágica. Ahora adulto, reconozco y admiro la magia y grandeza de mi abuelo.

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